jueves, 10 de diciembre de 2009

Educación diferenciada, educación estereotipada

No deja de impresionarme la cantidad de artículos que se pueden encontrar a favor de la educación diferenciada. Llevamos años y años luchando por la igualdad de sexo, valorando la riqueza de la diversidad y apostando por una escuela inclusiva en la que todos aprendemos de todos, ¿qué sentido tiene la educación diferenciada entre niños y niñas? Irremediablemente todos somos diferentes y es eso lo que nos hace a la vez únicos, homogeneizar en la escuela es para empezar imposible y para seguir, reduccionista.
Imposible, porque nunca se encontrarán a dos personas iguales (afortunadamente) y reduccionista porque no cabe en mi cabeza reducir el desarrollo cognitivo de las niñas como idéntico, al igual que el de los niños, ¿acaso no vamos a encontrar en una clase de niñas a alumnas más aventajadas, alumnas con un ritmo intermedio de aprendizaje y otras a las que les resultará más difícil? Por supuesto que sí, y gracias a ello los maestros tenemos la oportunidad de poder transmitir a nuestros alumnos la importancia que tiene ayudarnos los unos a los otros, que sus logros son los de sus compañeros, ¿puede haber una filosofía escolar más bonita?
Si el principio segregador se apodera de la escuela, al final necesitaremos un maestro para cada niño, por aquello de poder atender mejor al alumno. Y aún se puede ir más lejos, ya que la escuela es un relejo de la sociedad, es posible que en ella comience también a generalizarse una “filosofía de trabajo” similar y lleguen a la conclusión de que ¿por qué no trabajar hombres por un lado y mujeres por otro? Produce miedo sólo imaginarlo.
También defienden que gracias a la educación separada se mejora el proceso de socialización, ¿cómo es posible? Si no convivimos juntos, ¿cómo vamos a ser capaces de socializarnos? A no ser que lo próximo que se quiera sea crear dos sociedades paralelas, una de hombres y otra de mujeres.
No cabe duda que con este tipo de educación lo único que vamos a conseguir es continuar perpetuando estereotipos de género, hay cosas que son para mujeres y cosas que son para hombres: ¿y dónde queda la igualdad aquí? ¿Qué pasará cuando un niño y una niña estén en el patio del recreo? ¿Querrán jugar juntos? Lo dudo. Este tipo de educación marca la diferencia, no nos engloba en el grupo de personas sino que ahora existen dos grupos: hombres y mujeres.
Educar por separado no una cuestión de libertad es una cuestión reduccionista y de perpetuación de estereotipos que más que progresar nos hacen retroceder y volver a tropezar en los errores del pasado, no aprendemos...

4 comentarios:

  1. Me ha encantado tu argumentación, y me identifico plenamente con ella.

    ResponderEliminar
  2. El "hombre" es el único animal que tropieza dos veces con una misma piedra... ¡Qué lástima!

    ResponderEliminar
  3. ¡¡¡Ya aparecemos en google!!! Tu entrada es la segunda que se encuentra cuando ponemos en el buscador "Educar es innovar". Jijijiji.

    ResponderEliminar
  4. Estoy totalmente de acuerdo contigo Davinia. Todo lo que se ha estado luchando por conseguir parece,al leer noticias relacionada con este tema, no haber servido para absolutamente nada. Sabemos la importancia que tiene la coeducación en nuestras escuelas y resulta absurdo poder pensar que todo podría funcionar mejor si volviésemos a la separación por sexos. Como ya debatimos en clase, esa época ya fue vivida, y por suerte, pasada, por lo que debemos pensar en avanzar y aprender de lo vivido en situaciones anteriores y no quedarnos encerrados en un pequeño círculo que no lleva a nada en concreto sino a vivir siempre encerrados en errores del pasado.

    ResponderEliminar