miércoles, 9 de diciembre de 2009

"EDUCAR EN Y PARA LA DIVERSIDAD"
Debemos abordar el concepto de diversidad que entraña educar en y para la diversidad a partir del planteamiento de la educación inclusiva que pretende acabar con todo tipo de discriminación, expresiones despreciativas y malsonantes, así como abrir un amplio abanico al ser diferente.
En un sentido más amplio que la palabra diversidad, se debe traducir en nuevos planteamientos de solidaridad, de tolerancia y de nuevas prácticas educativas que permitan enfrentarse a la pluralidad y a la multiculturalidad del alumnado.

Desde la mirada de la atención a la diversidad la escuela debe ser inclusiva, es decir, ningún alumno debe ser excluido de la escuela ordinaria, pero a la vez, se debe reconocer la diversidad y respetar las diferencias individuales.
Los estudiantes pueden presentar en un contexto educativo, diversidad de ideas, experiencias y actitudes previas; diversidad de estilos de aprendizaje; diversidad de ritmos; diversidad de intereses motivaciones y expectativas; diversidad de capacidades y de ritmos de desarrollo. Así mismo una serie de indicadores asociados a la diversidad: la diversidad cultural, la diversidad social; la diversidad de sexos; la diversidad ligada a factores intra e interpersonales y la diversidad de necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad o sobredotación.
Considerando lo anterior, educar en la diversidad “significa ejercer los principios de igualdad y equidad a los que todo ser humano tiene derecho, lo que conlleva desarrollar unas estrategias de enseñanza-aprendizaje que personalicen la enseñanza en un marco y dinámica de trabajo para todos.
Educar en la diversidad desde mi punto de vista, expresa la manera de educar para una convivencia democrática, donde estén presentes la solidaridad, la tolerancia y la cooperación, dentro y fuera del aula; donde los ciudadanos sean capaces de convivir y cooperar con el que es diferente por cualquier razón o circunstancia y por supuesto que la homogeneización de la enseñanza no promueve.

Por lo tanto enfatizo en la idea que una educación diferenciada no promueve que los niños necesitan estar incluidos no solamente en la escuela sino en todos los espacios de la sociedad.

Como consecuencia de este debate tan rico y motivador, y puesto que lo que hemos descrito es así, debemos replantearnos la función de la escuela ya no basada en los rendimientos sino en la educación plena y significativa de nuestros jóvenes que debemos recordar serán las nuevas generaciones y por lo tanto las manos en las que el futuro se meje.

Considero que a través de esta red podremos intercambiar ideas e información que tal vez en un futuro (aunque pueda sonar idílico) desarrolle los nuevos cimientos de la educación.

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